martes, 7 de octubre de 2014

Escapar (parte 4)

Amy estaba muy preocupada por Stitch. Estaban los dos sentados juntos en el jardín de su casa, cuando de pronto Stitch se fue, atraído por el olor de una pata de pollo asada que podía verse a lo lejos entre matorrales. Cuando Stitch se situó delante de la pata y se dispuso a hincar sus dientes en ella, desapareció, sin más. Poco después vió dos figuras extrañas, como pulpos de complexión rechoncha y vestidos con coraza, escaparse alejándose, uno de ellos con un saco...
Amy supuso que en ese saco iba Stitch, concluyó que su amigo azul había sido raptado, y se asustó. Corrió hacia ellos para intentar recuperarlo... pero esos extraños seres habían desaparecido. Amy se desesperó, lloró, no pudo soportar que su amigo, el mejor amigo que había conocido en su vida, había sido desaparecido y que podía estar en un paradero desconocido.

Ese mismo día, a la noche, llegó Wlinky, un agente espacial. Era muy delgado, de color verde, con varios tentáculos, tenía un solo ojo en medio de su cabeza cónica y dos antenas a los lados, y una boca que se extendía de lado a lado. Vestía su uniforme azul oscuro y plateado.
-Sé dónde está tu amigo Stitch- dijo Wlinky -Los he estado siguiendo.
Amy se alegró. Lejos de ser hostil, ese alienígena representaba una esperanza para recuperar a su querido Stitch. Wlinky invitó a Amy a subirse en su nave espacial, un pequeño platillo volante de color rojo.
Mientras iban en el espacio rumbo al paradero de Stitch, Wlinky iba explicando:
-Tenemos que llegar lo antes posible al destino, o si no, algo muy malo le pasará a Stitch. Conozco las intenciones de Zar Lobag, lo tengo registrado.
Amy se asustó muchísimo. Temía lo peor por su amigo azul.
-No te preocupes, Amy. Recuperaremos a tu amigo- trató de tranquilizarla Wlinky.

Llegaron a la nave de Zar Lobag. Se dirigieron hacia donde se oía un follón, ya que eso podía ser que su amigo azul estaba atizando a sus raptores para escapar. Estaban en lo cierto: llegaron a un habitáculo de las naves-cápsulas y ahí estaban: Stitch y Ángel con su mirada fiera, y los gokenses derribados sin conocimiento a causa de los puñetazos de esos dos.
Stitch se alegró mucho al ver a Amy, ésta también al verle. Stitch extendió sus cuatro brazos, corrió hacia Amy mientras gritaba, muy contento:
-¡¡Amyyyyyyy!!
Saltó hacia Amy, casi tumbándola, y la abrazó fuertemente, estrujándola. Menuda fuerza, casi descalabraba a Amy, le clavaba con sus garras; pero a ella no le importaba, estaba tan contenta de volver a tenerlo a su lado y de verlo sano y salvo... "Amy... Amy..." decía Stitch mientras la estrujaba a abrazos. Amy acariciaba el suave y mullido pelaje de su amigo, de cabeza a su corto rabo.
-¡Stitch! ¡Estás bien! Me temía lo peor...- exclamó Amy.
Amy soltó a Stitch y la dejó en el suelo. Se fijó en la compañera rosa que acompañaba a su pequeño amigo.
-¿Quién es ésta?- preguntó Amy -No la ve visto nunca. ¿De dónde ha salido?
-Ella encontró meega y ayudó meega a escapar- respondió Stitch -Se llama Ángel... amiga fuerte de Stitch... ¿puede venirse?

De repente dos disparos de plasma cayeron justo detrás de Stitch y Ángel, sobresaltándolos. Todos miraron en dirección al origen de esos disparos. Una horda de gokenses corrían hacia ellos, uno de ellos gritaba:
-¡Que no escapen! ¡O el jefe se cabreará!
-¡Sí! ¡Puede venirse! ¡Pero vamos corriendo ya!- respondió Wlinky, tenso.
Escaparon. La horda de gokenses les perseguía. Corrían y corrían, doblaban esquinas. De pronto, durante la huída, Stitch vió unos bidones apilados unos sobre otros, y tuvo una idea. Le pegó una patada al que estaba en el suelo, y esos bidones cayeron rodando hacia la horda, haciendo que los gokenses se tropezaran y se cayeran al suelo, ganando nuestros protagonistas tiempo para escapar en paz.
Llegaron a la nave de Wlinky, se subieron en ella, Amy y Wlinky delante y Stitch y Ángel detrás, Wlinky dio marcha a su nave y ésta se elevó. Uno de los gokenses, que se habían levantado, gritó:
-¡Se escapan en su nave!

Salieron de la nave nodriza de Zar Lobag, más gokenses les persegían montados en sus naves-cápsulas. Ángel lo vio y dio un respingo, saltando encima de Stitch.
-¡Y dale! ¡No paran de perseguirnos!- protestó Wlinky; luego dijo -Tendré que activar la velocidad hiperlumínica de mi nave.
Activada la velocidad hiperlumínica, la nave empezó una marcha vertiginosa que duró muy poco: ¡en tan sólo unos segundos había recorrido una distancia brutal!, alejándose de los gokenses.

Ya fuera del peligro, Ángel tuvo tiempo para explicar:
-Zar Lobag es un explotador. Quería Ángel para atraer con sus cantos a bestias que él caza... Mucho trabajo y poca comida...- miró a Stitch -Y a tí, Stitch, quería disecar para añadir a su colección de bestias.
Stitch se sorprendió y se horrorizó. No podía creer lo que acababa de oír.
-¡Xoota!- exclamó -¡¡A mi boojibu naga daño!! ¡¡Y menos aún meega disecado!!
-¡¡Así que era eso lo que querían hacerle esos babosos!!- exclamó Amy, también horrorizada -Pues menos mal que hemos llegado a tiempo, si no, adiós Stitch.
Después, miró a Ángel y le dijo:
-No te preocupes, en mis manos estarás bien cuidada.
-Es cierto- explicó Wlinky -Zar Lobag en un multimillonario que hace caza ilegal de bestias para su colección. Captura incluso especies en peligro de extinción. Como agente espacial, mi misión es detenerle... si me ayudáis... yo rescaté a Stitch y a Ángel...
Stitch saltó hacia los respaldos de los asientos delanteros y dijo:
-¡Oki taka!
-¡Pero Stitch!- exclamó Amy, horrorizada -¿No te das cuenta de todo lo que supone? ¡Aventuras, peligros! ¡Yo paso! ¡Prefiero estar tranquila en casa!
Stitch no se dió por vencido, y fue a convencer a Amy.
-Maltratan a Ángel... Quieren a Stitch disecado... Así que Stitch ayuda Wlinky a atrapar Zar Lobag- dijo Stitch, firme.
-Buufff.... Bueeenoo...- aceptó Amy a regañadientes.
-Si Amy miedo, Stitch la protege- le dijo Stitch, posando su mano sobre la espalda de su amiga.
-¡Gracias, mi pequeño azul!- le correspondió Amy.
-Y luego, Amy y meega en casa tranquilos- continuó Stitch.
-Guay..- respondió Amy.

De pronto se oyeron unos pitidos. Wlinky miró los controles y exclamó:
-Vaya, se nos agota el combustible de plasma...
Cambió de dirección, y dijo:
-Voy a buscar un sitio para recargar la nave.
Entraron en un gran asteroide, dentro de cual había una estación de repostaje de naves espaciales. Wlinky aparcó su nave al lado de una de las varias torres del repostaje y puso a cargar su nave, conectando una manguera de la torre a ella.
Mientras la nave se cargaba, nuestros protagonistas salieron a dar un garbeo. Stitch y Ángel se estaban diciendo cosas en turiano y riéndose, agarrándose de sus manos, cuando dos gokenses les atraparon...

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