miércoles, 17 de diciembre de 2014

Instintos agresivos (parte 6)

Amy y Ángel estaban adentrando en el barrio desastrado, patidifusas. Miraban a todos los lados, observando ese espectaculo dantesco. De pronto se oyó una risa malévola, con esa voz que les resultaba familiar. Giraron la cabeza y ahí estaba Stitch, sobre el tejado de una casa baja. Le brillaban sus ojos y su dentadura, dándole una apariencia diabólica junto con las carcajadas. Tenía sacados sus miembros extras, como diablo alienígena. Sostenía con una de sus cuatro manos un tubo metálico arrancado.
-¡¿Stitch?!- exclamó Amy, horrorizada.
Stitch parecía loco, desencajado, no cesaba de reír ruidosamente, mostrando todos sus dientes afilados. Se llevó el tubo a su boca y lo partió de un mordisco, como fiera enloquecida.
-¡Stitch, no me lo puedo creer!- regañó Amy -¿Has estado destruyendo el pueblo entero? ¡¡El colmo!!
Stitch segía riendo. Parecía importarle tres pepinos la regañina de Amy.
-¡Bájate de ahí ya mismo!- ordenó Amy.
-¡Meega nala kweesta*1!- rugió Stitch, y saltó hacia Ángel y Amy.
-¡¡AAAAAAAHHH!!- gritaron Amy y Ángel aterrorizadas al ver que Stitch se lanzaba hacia ellas. Esa mirada fiera, esos dientes afilados, esas garras mortales...
Ellas se apartaron y Stitch pasó de largo.
-¡¿Lo ver?! ¡Lo dije! ¡Es un monstruo!- gritó Amy a Ángel.
-¡Ayer naga*2 así!- replicó Ángel.
Allí lejos estaba Stitch, enloquecido. Había agarrado una papelera y parecía dispuesto a lanzarla.
-¡Stitch! ¡Para ya!- suplicó Amy.
Stitch lanzó la papelera.
-¡Stitch! ¿No me oyer? ¡Dije que pares!- insistió Amy, acercándose hacia Stitch.
Stitch no reaccionaba a las riñas de Amy. Estaba riéndose, como saboreando lo que acababa de hacer.
-¡¡STIIIIIITCH!!- gritó Amy, justo encima de él, intentando que le atendiera. Pero nada. Demasiado trastornado para siquiera girar la cabeza hacia ella. Stitch saltó hacia adelante y trepó la fachada, alejándose.
-No responde a su nombre... - dijo Amy, mientras veía cómo Stitch se alejaba.
¡Pues no! No iba a dejar perderlo de vista, así que se dispuso a seguirlo, costara lo que costara. Tenía que intentar impedir que ese monstruo peludo siguiera haciendo más de las suyas en el pueblo.
-¡Vamos! Se ha ido por ahí- dijo Amy, y corrió. Ángel le siguió.

Corrieron ya bastante distancia, como dos manzanas. al girar la siguiente esquina, Amy y Ángel pudieron observar cómo Stitch seguía rompiendo farolas, papeleras y lanzando coches, aterrorizando a la gente. "¡¡Aaaaahhh, socorrooooo!!", "¡Un monstruo horrible atacaaa! ¡¡Sálvese quien puedaaa!!", gritaba la multitud huyendo.
Amy cogió un trozo de un tubo y dijo:
-Voy a intentar pararlo. ¡Está loco!
Y lo lanzó hacia Stitch, ¡bonk!, golpeándolo en la cabeza. Stitch se dio la vuelta y rugió. El rostro feroz de la criatura amedrentaron a Amy y Ángel. Sacaba mucho los dientes, y tenía los ojos tan entrecerrados que parecían rayas negras.
Amy y Ángel se señalaron la una a la otra, intentando eludirse...
Stitch agarró y alzó un contenedor de reciclaje de plástico, y lo lanzó hacia Amy y Ángel.
-¡¡¡AAAAAAAHHHH!!!- gritaron Amy y Ángel, apartándose de ese contenedor que venía hacia ellas como un bólido. Ángel saltó sobre Amy, y se abrazaron.
¡Crasshhh!, el contenedor cayó sobre la luna de una librería que tenían ellas detrás suyo, haciendo añicos el cristal. Amy y Ángel quedaron tiesas de terror.
Varios segundos después... Amy se recobró y cogió unos cuantos libros de la librería, a través del agujero de la luna.
-¡Va a ver esa bola de pelo!- dijo Amy furiosa.
Se dio la vuelta y lanzó los libros hacia Stitch, uno a uno.
-¡Cómete estos libros, bestia peluda!- dijo Amy.
Stitch iba esquivando los libros con una habilidad pasmosa.
Ya está, Amy había acabado de lanzar todos los libros que tenía en sus manos, y ninguno golpeó a Stitch. Maldición. Stitch agarró cuatro libros con sus cuatro brazos.
-¡Ja jaaaa!- dijo Stitch.
-Oh oh- dijo Amy.
Como respuesta anterior, Stitch lanzó los libros a Amy y Ángel; ellas corrían huyendo de esa lluvia de libros. Cuando se agotaron los libros de su despensa, Stitch rió triunfante, abriendo mucho su bocaza y extendiendo sus brazos. Y se alejó lanzado.

Amy oyó cómo Stitch seguía haciendo de las suyas tras una esquina que acababa de sortear. Se oían sus risas enloquecidas y gritos de horror de la multitud huyendo. Quién no iba a tener miedo de una bestia de apariencia terrorífica y con fuerza extrema.
-Nada, Ángel...- dijo Amy, sin esperanzas -Stitch es un verdadero monstruo, ya no puedo hacer gran cosa... si no me escucha cuando le llamo... no me hace caso...
Se sentaron las dos en el suelo. Ángel lloraba desconsoladamente, perder a su amado le resultó muy doloroso. Amy la abrazó para intentar consolarla y le dijo:
-Lo sé... Yo también le echaré de menos. Jamás podremos volver a tenerlo en casa...
Ángel se incorporó, y gritó mientras le pegó un puñetazo a Amy en la cabeza:
-¡¡Naga!! ¡¡De eso nada!!
Corrió muy resuelta directa hacia donde se oía el follón.
-Meega encontrar Stitch, meega volver bueno Stitch cantando al revés- decía ella -¡Yooga ike*3!
Amy se levantó y dijo, mientras la seguía:
-¡Espera, Ángel! ¡Voy contigo!

Tras correr calles y esquinas varias, encontraron a Stitch, que estaba gateando a seis patas, como buscando qué destruir.
-¡Ajá!- exclamó Ángel, triunfalmente.
Stitch le miraba y gruñía. Ángel cogió un trozo de tubo arrancado y golpeó con él a Stitch en la cabeza, arrebatándole el conocimiento.
-Jopé... menudo campanazo- exclamó Amy. No esperaba eso de Ángel.
Amy se acercó hacia Stitch derribado y se agachó a su lado.
-¿Canto?- se ofreció Ángel.
-Espera un poco- dijo Amy, mientras tocaba la cabeza de Stitch.
Notó algo raro en la cabeza de Stitch, como unos cables bajo la piel.
-Parece unos alambres sobre el cráneo- dijo Amy -Qué extraño. ¡Vamos a la clínica del Dr Mayo!

En la clínica de Dr Mayo... Stitch tumbado sobre una camilla y el médico mirando la radiografía que le había hecho en la cabeza. Amy atendiendo a la explicación del médico y Ángel con Stitch.
-Pues claro- dijo Dr Mayo -Estoy viendo que tiene algo sobre en cráneo... una maraña de cables... como un implante... justo le has tocado un cable.
-¿Ehh? ¡Stitch no me ha dicho jamás que tuviera un implante en la cabeza!- exclamó Amy.
De pronto oyó gemir a Stitch. Amy miró y vio que Stitch estaba abriendo los ojos pesadamente. Oh oh...
-¡¡Se despierta!!- exclamaron Amy y Ángel horrorizadas.
Rápidamente cogieron a Stitch y lo lanzaron a la calle, bien lejos de la clínica. El médico observaba todo ello perplejo.
Amy y Ángel volvieron. Amy dijo, aliviada:
-Un poco más y te desbarata la clínica, doctor. No sabemos por qué, pero se ha vuelto agresivo sin razón aparente. ¡Hemos de ir a cazarla para evitar que cause más desgracias!
Y se fueron, dejando al médico aún más perplejo.

Mientras vagaban buscando a Stitch, Amy dijo, pensativa:
-¿Dónde se habrá metido? ¿Y por qué tiene implante en la cabeza? No sabía yo que tuviera un problema en su cerebro...
-¡Está ahí!- exclamó Ángel de repente.
Ángel señalaba a Stitch, que estaba sobre una pared, gruñendo y rugiendo. Stitch saltó y aterrizó delante de ellas. Se encaró contra ellas, como una fiera dispuesta a atacarla.
-Stitch, por favor... ¿No te acuerdas de mí?- dijo Amy, suplicante -¿Ni de ella?- se refirió a Ángel.
Stitch seguía amenazando con sus rugidos. Parecía importarle tres pepinos lo que Amy le estaba diciendo. Era muy doloroso ver en qué se había convertido lo que hasta hacía muy poco era su mejor amigo.
-Vamos, Stitch... Eres tú, ¿No te conoces?- siguió suplicando Amy.
Nada. Stitch seguía rugiendo, enseñando sus dientes.
-Hacíamos cosas juntos...- insistió Amy -Tú hacías montones de tonterías divertidas... Te encantaba escuchar a Armin van Buuren, como a mí... Vamos, Stitch, tú nunca habías sido así... ni conmigo ni con nadie... ¿Y por qué ahora...?
Stitch saltó hacia ellas, extendiendo todas sus garras y sacando aún más sus dientes. ¡¡AAAAAAHH!!, gritaron Amy y Ángel, horrorizadas.
Algo paró a Stitch con una descarga, y éste cayó inconsciente al suelo. Era Wlinky, que portaba un extraño aparato cilíndrico con el que había paralizado a Stitch.
-¡Wlinky!- exclamaron Amy y Ángel.

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Turiano - Español 
* 1- meega nala kweesta - ofensa lanzada hacia el adversario
* 2- naga - no
* 3- yooga ike - ya lo verás

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